- Prácticamente te olvidaste de escribir a mano. De solo intentarlo se te atrofia la mano. ¿Te acordás cómo se hace la "H" mayúscula en cursiva?
- Al último que saludas antes de dormir, y al primero que ves al despertar, es a tu celular.
- Ya casi no lees en papel. ¿Tenés siempre enchufado el cargador del celular al lado de la cama donde antes conectabas el velador?
- Estás dejado fisicamente. Lo único que te ineteresa cuidar son los dedos, mantenerlos delgados, para acertar a las teclas, y veloces, para tipear rápido.
- Empezaste en las redes sociales abriendo una cuenta en facebook, para "ver que onda", después en twitter, instagram y ahora no podés estar más de dos horas en abstinencia.
- Tu elongación antes te permitía llegar hasta los tobillos, ahora gracias que llegás hasta el mouse.
De todas maneras, ya hay especialistas que están buscando solución al problema. Basta buscar en google, youtube, etc. y encontrarás miles de formas para salir adelante.
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