Fuí a Plaza San Martín a ver el partido en pantalla gigante, me retiraba compungido por el resultado final, cuando lo ví. Sentado en una alta rama de un árbol estaba Quique, el "maestro Yoda" del fútbol. Me trepé hasta alcanzarlo y le pregunté si me podía sentar a su lado.
- ¿A vos también te quisieron afanar el reloj? - me preguntó.
- Pensé que estaba acá, en esta rama, para analizar la tragedia futbolística desde otro ángulo -le aclaré.
- Ah... el 4 a 0... duele - arrancó exteriorizando sus pensamientos.
-Un resultado muy duro.
-No, duele estar acá sentado, no siento la raya... Como no la siente Otamendi, ese muchacho no es lateral. Es más frontal que un dibujo egipcio, no tiene perspectiva - me dejó, así, casi sin meditarlo, su primera lección de vida.
-Sáquese la campera y siéntese sobre ella, hace calor.
-No es calor, es hacinamiento. Estamos en Julio, muchacho. ¿Sabe cómo me doy cuenta? Por el olor a huevo... Eso también falló.
-¿Qué le pasó al equipó, maestro?
Mi pregunta lo hizo entrar en trance, cerró los ojos, respiró hondo y arrojó una serie de frases, enseñanzas, que describen con simpleza y maestría lo que ocurrió en Sudafrica:
"Una cosa es aferrarse a la cábala y otra es afiebrarse por ella"
"Morir con las botas puestas es positivo, pero hubiese sido mejor perder con los botines en los pies"
"Defender es atacar a la inversa"
"Tuvimos 23 leones, tal vez, si hubiesemos mechado algún jugador... "
"El DT es solo un fusible, el presidente de la AFA un disyuntor".
Después de semejante derroche de sabiduría, abrió los ojos, saliendo de su estado de meditación. Apenás tuve tiempo de escribir, traducir sus pensamientos en mi celular.
-Guarde el teléfono, muchacho - me ordenó.
-¿Por qué, maestro? Solo quiero hacer trascender, inmortlizar, su sapiencia.
-Es que los que me quería afanar el reloj, nos vieron y se obnubilaron con su teléfono.
Bajamos corriendo, entre piedrazos y corrimos cada uno para su lado... "Individualiades sueltas, como Argentina..." me gritó a modo de despedida mientrás enfilaba para Retiro. Yo, inocente, quise salir barranca arriba para la peatonal Florida.
Espero volverlo a ver.
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