Un personaje en particular me llamó la atención en la concentración de la Selección Argentina. Un hombre bajito, pelado, de unos 70 años, se movía entre los jugadores como un abuelo. Los muchachos le hablaban, le hacían chistes, pero todos los escuchaban con atención. Cuando lo tuve a mano, en un pasillo del Estadio del partido de Argentina - México, me acerqué a él y me presenté. "Soy Quique Soto, consejero de futbolistas profesionales" me aclaró extendiéndome su tarjeta de presentación. "Los chicos, cariñosamente, me dicen el maestro "Yoda" del fútbol, no porque sea un viejo verde, sino por mis orejas". me aclaró. Ahí reparé que, efectivamente, Quique tenía unas orejas similares a las del personaje de Star Wars. "Quedé así, en la colimba... los conscriptos, por orden del Capitán, se excedieron con los tirones en mi cumpleaños número 19" me explicó al ver mi rostro perplejo. "Al final me ha beneficiado, escucho todo bárbaro, lástima las vuvuzelas... me están matando".
Lo consulté sobre sus actividades específicas y, café de por medio, me contó sus vivencias. Aquí les dejo algunas de sus reflexiones:
"Principalmente, me dedicó a guiarlos en este mundo competitivo del deporte de alto rendimiento. Imagínese, que esto no es para cualquiera, hoy en día un futbolista vive en una especie de reality show, y hay que centrarlos. Yo siempre les digo por más que hagan un golazo, no salten para festejar, en esos momentos de gloria mantengan los pies en la tierra ".
"Lo más importante en mi profesión es comprenderlos... yo siempre digo, a ningún jugador le gusta hacer banco, prefieren el cajero automático".
"La táctica, es irrelevante, puede ser 4-4-2 o 3-4-3, lo primordial es que ala hora de salir a la cancha sumen 11".
"El problema en un Mundial no es quedar afuera temprano, la tragedia es cambiar los pasajes y conseguir asientos libres".
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