Cuando se inventó la pólvora, se acabaron los guapos... con el uso del celular se terminaron los impuntuales.

Una gran duda existencial se plantea en la sociedad moderna, si uno llama (o manda un SMS) avisando que llega tarde, ¿se considera impuntualidad? El uso del celular, reconozcámoslo, nos ha hecho un poco más irresponsables, más garquetas.
Como en muchos casos polémicos, todo depende del lado en que uno se encuentra. Cuando somo nosotros los que llegamos tarde y logramos enviar un mensajito o una llamada alertando la tardanza o el faltazo, nos sentimos liberados sin cargo de conciencia. Es más, hasta nos sentimos generosos, "¡qué tipazo que soy! Sino le avisaba que estoy una hora atrasado se comía un garrón..." Inclusive, cuando nos olvidamos de avisar, llegamos tarde y nos putean, el celular es nuestro refugio. "Estaba sin señal, sin crédito y sin batería..." Al final, siempre somos víctimas de las inclemencias de la tecnología que no nos deja ser impuntuales responsablemente. Eso es lo importante, ser las víctimas.
Cuando uno es el que espera, en vano, a un impuntual la cosa cambia. ¿Tenemos que agradecer que nos avisen impunemente que nuestro tiempo vale menos que el de ellos? A veces hasta es preferible no saberlo... Al menos nos permite usar nuestra imaginción mientras juntamos orines gratuitamente... "¿Lo habrá pisado un colectivo?, ¿se habrá olvidados el celular?, ¿lo habrá secuestrado una horda de adolescentes floggers para una sesión de fotos?... más vale que le haya pasado algo, sino lo cago a trompadas".
Lo cierto es que nos hemos vuelto más irresponsables, el celular ha borrado de nuestras conciencias esa falta moral con el prójimo que representaba la impuntualidad. Ya lo dijo el señor Bell: "Una línea es una sucesión infinita de puntos y una línea telefónica es una generadora infinita de impuntuales"
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Ignacio Lafferriere

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