Mucho se dijo sobre las presiones que recibió el ex-técnico Bilardo para callar su verdad, para cancelar esa anunciada conferencia de presna en respuesta a Diego. Lo cierto es que hubo una reunión, en la ferretería de Grondona, en la que el mandamás de la AFA sugirió al manager de selecciones cerrar su boca. En exclusiva, la charla.
-Carlos, ¿para qué vas a hablar? Que Diego te haya llamado traidor adelante de millones de personas en todo el planeta, que te haya acusado de hacerle la cama en las tinieblas para echarlo y que todo el universo futbolero se haga eco de eso, no es tan grave...
-Disculpe Julio, yo esta galletita no me la como... ¿no tiene de salvado?
-Esto es una ferretería, Carlos, no un almacén, se come lo que pican los muchachos con el mate... Aparte, ¿de salvado? ¿Qué es esa mariconería? Acá los muchachos comen bizcochitos de grasa, palmeritas...
-Don Julio, me cansé voy a hablar.
-El silencio es salud.
-Yo soy médico, y salú es otra cosa... es el estado de completo bienestar físico, mental y social, silencio es no omitir sonidos. No diga pavadas Don Julio, ¿está tomando la pastillita?
-¿El Viagra? A propósito, me la podés recetar...
-Nooo, no puedo largar recetas así como así. No sea rata Julio, páguese una consulta y pídaselo a su médico de cabecera...
-Hablando de cabeza... Ruggeri es el problema. Le dije a Diego que si el Cabezón seguía jodiendo le iba a poner un tiro en las piernas, lo iba a empalar en Plaza de Mayo, lo iba a hacer moler a palos y violar por un grupo de travestis ninja de la barra de Almirante Bron... y me trataron de mafioso.
-Le hubiese mandado la AFIP, eso es mafia. ¿Vio las películas del Padrino? Yo se las hacía ver a los jugadores en el '86 y me decían Carlos ¿para qué sirve esto, no entiendo?
-¿Para qué servía?
-No se, un gracioso me las grabó arriba de unos partidos en video que tenía... y la cábala quedó.
-En eso fallamos. Diego no veía partidos, no observaba a los rivales.
-Es que Tinelli está muy fuerte, Don Julio. Los jugadores entre ver un amistoso de Corea contra Japón y ver a las botineras, que se pueden empernar, bailando en el caño... no tienen opción.
-Hablando de pernos, Carlos. Acá en la ferretería, tenés una deuda desde el '83. Sacaste unos miguelitos a cuenta que nunca garpaste... ¿te pensás que soy gil?
-¿Cuánto le debo?
-Con los intereses desde el '83 son como veinte mil dólares.
-¡A la flauta! ¿Cómo le puedo pagar?
-Hacemos una cosa... No das la conferencia de prensa y saldamos la deuda.
-Ta bien. Pero yo me voy a vengar... ¿Tiene miguelitos?
-¿Cuántos?
-¿Con media docena le pincho las ruedas a Mancu?
-Si... lleválos, me los pagas otro día.
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