Tiempo de replanteos en la Asosiación del Fútbol Argentino. Es sabido que por los pasillos de la sede de la calle Viamonte han pasado infinidad de propuestas cuyo objetivo es mejorar la salud del balonpié nacional que se encuentra enfermo, en terapia intensiva. Entrenadores, empresas de televisión, magnates árabes, ex-deportistas prestigiosos y el propio Gobierno, han hecho sus estudios y ofertas para hacerse cargo de este convaleciente monstruo que trasciende los límites del deporte y afecta el humor social.
Entre todas las carpetas presentadas se ha filtrado una muy particular, quizás la más polémica, con un enigmático título "Fútbol sin Antidopping". El proyecto, presentado por una serie de reconocidos laboratorios, ofrece hacerse cargo económicamente del fútbol (incluso, mejorando considerablemente los ingresos para los clubes) con la única condición de terminar con los controles antidopping. Los principales puntos del proyecto son los siguientes:
-Mejorar el espectáculo a partir de incrementar el rendimiento físico con sustancias, hasta ahora, mal vistas por la sociedad. La eliminación de estos arbitrarios y retrógados controles brindará jugadores más rápidos, fuertes y un juego más dinámico, lo que el espectador medio está reclamando.
-Posicionar al Fútbol Argentino como un precursor en la filosofía "legalista", como Amsterdam o Uruguay. Fomentar el libre albedrío del jugador profesional. La libertad como valor deportivo.
-Incrementar los espectadores, además del hincha tradicional, sumaríamos un público más progresista y sobre todo a científicos e investigadores, que querrán ver los nuevos límites físicos que pueden alcanzar los atletas, una audiencia que, en la actualidad se vuelca a ver aburridos documentales unicamente.
-La A.F.A. pasaría a llamarse la F.A.F.A.F.A (Fabulosa Asosiación de Fútbol Argentino Fuera del Antidopping), el nombre adoptado muestra los alcances y las pretensiones del proyecto.
-La televisación seguiría siendo gratis, al menos el primer campeonato. "El primero te lo regalan, el segundo, te lo venden".
La propuesta al principio sonaba disparatada y algunos dirigentes se quejaban abiertamente. "Pretenden experimentar drogas para mejorar rendimientos utilizando a jugadores profesionales como cobayos, una locura. No se dan cuenta que vamos a tener a Greenpeace y a todos esos hippies proteccionistas, que defienden los derechos de los animales, encima. Si acaban de cerrar el zoológico de Buenos Aires, ¡mirá si no van a defender a otros animalitos como los zagueros centrales y los delanteros de área!" explicaba el viejo presidente de un club del ascenso. Por lo bajo, algunos estaban de acuerdo con la oferta de los laboratorios, los dólares que prometían eran contantes y sonantes. "Acá interesa la tarasca, la necesitamos como el agua. Al fin y al cabo, ¿a quién le importa lo que toman o no los jugadores? ¿Algún hincha sigue las estadísticas del antidopping? Si no les dejamos tomar drogas tampoco deberíamos dejarlos que tomen alcohol o coman carne. ¡Qué se vuelvan todos veganos y al carajo!", justificaba el secretario legal de una institución de primera división, ávido de dinero.
El debate, como en tantos sectores de la sociedad, sigue abierto. Los grupos más radicalizados se han hecho eco de esta campaña y ya han lanzado un comunicado expresando su postura: "La orina debe volver a la tierra, es el ciclo natural, para hacerlo crecer, no a un frasquito buchón para perseguir al jugador, que es solo una víctima de esta sociedad careta y represiva." Con el slogan "El cloro al pasto, no al frasquito", ya se están organizando marchas y recitales de apoyo.
Los dirigentes tratan de evitar el tema e inclusive niegan la existencia de este proyecto, pero la verdad ya está en los medios y va a ser dificilo de taparla. Como siempre, el único perjudicado parece ser el hincha que nunca es consultado. Vos, estimado lector, ¿estarías a favor o en contra de esta SuperLiga libre de controles?
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